La familia es el lugar donde el niño o niña va a tener sus primeras socializaciones, este es el proceso por el cual el ser humano aprende valores, creencias, normas y conductas.
El entorno en el que se desarrollan los menores juega un papel determinante en el desarrollo, ya sea durante la infancia o la adolescencia. Así mismo, se ha determinado que el apego que consolide la persona desde los primeros meses con sus padres o cuidadores va a marcar la forma en que se va a relacionar con los demás.
Además de la socialización, el apego y el temperamento que tenga el niño o la niña, un factor a tener en cuenta es la crianza y el estilo de la misma. Vamos a hacer una breve revisión del concepto de crianza.
Para empezar, se sabe que esta palabra proviene del vocablo criar que se deriva de la palabra “creare”, cuyo significado es nutrir, alimentar, cuidar, educar o dirigir.
Dada la importancia indiscutible que tiene la crianza en los primeros años, han sido muchos los profesionales y académicos que se han interesado por investigar sobre el tema, así como por aportar desde la conceptualización del mismo.
Solo para mencionar un par de definiciones, Diana Baumrind en 1967 definió la crianza como el resultado de una transmisión transgeneracional de diferentes maneras de cuidar y educar a niños y niñas, determinadas culturalmente, fundadas en normas y costumbres.
Evans, J. y Myers (1996) argumentaron que la crianza es la habilidad de cuidar, formar y acompañar a un niño o niña en el suceso de la vida que, exponen, también debe ser una compañía inteligente y afectiva basada en un adiestramiento asertivo de la autoridad.
Con esto en cuenta, en el presente artículo te contamos cuáles son los estilos de crianza, en qué consisten, cuál es el mejor estilo de crianza y cómo se clasifican.
¿Qué son y en qué consisten los estilos de crianza?
Como te adelantamos antes, la crianza y los estilos de la misma han sido foco de estudio frecuente por parte de psicólogos, sobre todo a partir de finales del siglo XX.
La crianza es entonces el conjunto de actitudes y comportamientos de padres y madres que se tienen con los hijos e hijas, en el que juegan un rol determinante el bienestar, el desarrollo, la enseñanza, y la atención a las necesidades básicas elementales.
Uno de los aportes más importantes sobre los estilos de crianza lo realizó Diana Baumrind en 1971, tras haber hecho un estudio en Estados Unidos con 103 niños que tenían edad preescolar.
Siendo así, Baumrind identificó tres estilos de crianza los cuales son: el estilo autoritario, el democrático y el permisivo. Años después, específicamente en 1983, Eleanor Maccoby y John Martin agregan un cuarto estilo conocido como el estilo negligente.
A continuación, te hablamos de cada estilo de crianza detalladamente:
- Crianza democrática: este estilo de crianza también se conoce como autoritativa. Se caracteriza por las muestras de afecto frecuentes, la sensibilidad por parte de los padres a las necesidades de los niños, la instrucción de las conductas deseadas, y el establecimiento de límites claros.
De igual forma se enseña responsabilidad, y se entablan canales de comunicación abierta, y las decisiones son tomadas de manera democrática. Los efectos que tiene este estilo de crianza son el autocontrol, la alta autoestima, y el autocontrol. - Crianza autoritaria: aquí, el estilo de crianza se da con normas muy establecidas y rígidas, los padres con frecuencia usan los castigos, y les cuesta hacer visibles los elogios y buenos comentarios con sus hijos e hijas. La comunicación es vertical y, por esto, se presenta una reafirmación frecuente de poder, además se crea un ambiente de autoridad extrema.
Las consecuencias que tiene este tipo de crianza abarcan la baja confianza, la carencia de autonomía, la impulsividad y agresividad, y el miedo excesivo a las sanciones o castigos. - Crianza permisiva: bajo este estilo, lo que sucede es que los padres no establecen bien los límites con los hijos, acceden de forma fácil a los pedidos de los menores, también hay un exceso de libertad, y pasividad por parte de los cuidadores.
Es una constante que se use poco el castigo. Las consecuencias de la crianza permisiva comprenden baja motivación, así como poco rendimiento escolar, poca autoconfianza, e irrespeto por las personas y las normas. - Crianza negligente: en este estilo de crianza, hay falta de atención y de apoyo emocional por parte de los padres a los hijos. Se evidencia entonces que los cuidadores se desvinculan de forma significativa de los hijos, lo cual incide en que tengan dificultades a nivel emocional con huellas a futuro.
Se sabe también que hay falta de figuras de control o acompañamiento, por lo que tampoco hay mucha motivación para el desarrollo de actividades comunes. Entre las consecuencias que tiene este estilo de crianza se incluyen la inmadurez, el poco control de los impulsos, la agresividad, y la carencia de motivación.
¿Cómo se clasifican los estilos de crianza?
Como se ha notado hasta este punto, la clasificación de los estilos de crianza responde a una serie de conductas, por lo tanto, es precisamente en base a esto que se realiza la distinción de cada estilo.
Se analiza además el grado de control que es impartido por los padres o cuidadores con los niños, y las muestras de afecto, cercanía y cariño que se tiene con estos.
¿Cuál es el mejor estilo de crianza?
Tras haber profundizado sobre todos los estilos de crianza, se puede afirmar que el mejor es el democrático porque es respetuoso con las necesidades de los menores, sin perder de vista los límites, la responsabilidad, el afecto y las debidas conductas sociales.
Ahora, hay que hacer la salvedad de que en el proceso de crianza es imposible que solo se presente un estilo de crianza en su totalidad. Es decir, puede que un estilo sea el predominante, pero no es común que los padres adopten solo uno en su totalidad.
En conclusión, los estilos de crianza son cuatro: el estilo democrático, permisivo, negligente y autoritario, y cada uno incide de forma directa en la formación de los menores, su capacidad de regulación, su autoestima y motivación.
¿Quieres mejorar tu estilo de crianza con tus hijos, pero no sabes de qué forma llevarlo a cabo? No dudes en escribirnos, la terapia puede ser una herramienta muy útil para lograr esto.